El liderazgo en tiempos de teletrabajo
- Diego Rilo
- 10 jul
- 2 Min. de lectura
La llegada del Coronavirus provocó que las empresas de distintos sectores modifiquen sus estructuras y modalidad de trabajo. Cómo se adaptarán a la "nueva normalidad". Por Eduardo Dalessio

A partir de la cuarentena y el teletrabajo obligado para muchos empleados, comenzó a crecer la visión de que un buen porcentaje de ellos no necesitaría volver a la actividad presencial. Esto a las empresas les permitiría reducir espacios y gastos fijos. Y a los colaboradores evitar el traslado les brindaría más tiempo libre. Parecería que hemos encontrado la panacea donde todos ganan. Sin embargo, cuando se indaga profundamente entre empresarios y empleados, no todo es tan lineal, y existen varias razones para ello.
El contacto vía videoconferencia y el trabajo en soledad desde una terminal hogareña corresponden a los aspectos de la acción del trabajo, pero no permiten lo que Durkheim denominaba la función social del trabajo. El individuo en su labor cotidiana, en el transporte, en la empresa, en el restaurante donde almuerza, interactúa con los diferentes niveles socioeconómicos, con distintas culturas, edades, etc. Todo lo que constituye el ser social y su interacción, y nos enriquece a nivel personal.
Está claro que las experiencias de teletrabajo de quienes han pertenecido a la organización y se alejan físicamente, por ejemplo por temas familiares, son razonablemente exitosas. La cultura de la organización no les es ajena. Sin embargo, este mismo método de interacción por parte de quienes han comenzado con el trabajo a distancia sin haber pertenecido a la organización dista de ser exitoso.
La gente más proclive al teletrabajo es, en general, la más joven y justamente la que tiene un rol subordinado en la empresa y encuentra mayor dificultad para fijar sus propios límites o imponerlos a sus jefes. Los horarios y tiempos pasan de una supuesta ventaja a un permanente conflicto cotidiano.
También son los más jóvenes, normalmente, quienes tienen hijos pequeños en hábitats relativamente más acotados. La interferencia del trabajo con la vida familiar parece frecuente y tolerable en corto tiempo, pero no es sostenible de forma permanente.
¿Qué pasa con el tiempo de trabajo?
Cuando se trabaja en sociedad, se van conociendo aspectos de la organización casi sin esfuerzo en los pasillos; se va respirando la información. El conocimiento adquirido a través de comunicados e informes es sin lugar a dudas más preciso y oportuno, pero consume un tiempo sustancialmente mayor.























